Texto 1. Campaña Día del Idioma y del Libro
Cuando se pervierte el idioma y deja de ser vehículo de encuentro y creación, adviene el deterioro de todos los componentes de la arquitectura social. La crisis de un país tiene su origen en los usos del lenguaje. Pero también en el lenguaje se encuentran los mecanismos para salir de ella. Celebrar la Semana del Libro y del Idioma debería ser un ejercicio de memoria: recordar que aquello que sostiene a una sociedad en tiempos estables, también puede ayudar a salvarla en momentos difíciles.
En esta entrega especial de Guao, algunas figuras representativas de la cultura venezolana recuerdan los libros que marcaron su experiencia juvenil. Luis Carlos Díaz evoca su lectura de La isla misteriosa de Julio Verne; OneChot recomienda los relatos de El llano en llamas de Juan Rulfo; Benjamín Scharifker hace énfasis en la vigencia de Doña Bárbara de Rómulo Gallegos; el Padre Piedra evoca las narraciones de Julio Verne y Emilio Salgari; Gioconda San Blas se reconoce admiradora de Demian de Hermann Hesse; y Rafael Arráiz Lucca encuentra en la obra de Jorge Luis Borges una de las formas más perfectas de la lengua española.
Festejar la riqueza del idioma es celebrar el atributo constitutivo de la civilización. Cultivar la lectura puede ser un modo de defenderse de la barbarie.