C. ORGANICE E IMPARTA LAS LECCIONES

El maestro utiliza en su clase una progresión sistemática. Empieza con la “instrucción directa”, exponiendo la información o los procesos más relevantes. Luego pasa a la “práctica guiada”, método consistente en trabajar con los alumnos con ejemplos o aplicaciones concretas. Por último, pasa a la “práctica independiente”, etapa de especial importancia en la que el alumno tiene la oportunidad de practicar por cuenta propia, pero a la cual debe cuidar que no pasen antes de tiempo. Entre las ocho técnicas específicas se destacan:

  1. El gancho. Cuando sea necesario, haga una breve introducción orientada a entusiasmar a los alumnos en el estudio del tema.
  2. Nombre los pasos. Enseñe a sus alumnos a aprender habilidades complejas, descomponiéndolas en pasos posibles de alcanzar y dándole un nombre a cada paso para ayudarlos a recordarlos más fácilmente.
  3. Pizarrón = papel. Como punto de inicio, logre que el alumno tome nota copiando exactamente lo que el maestro escribe en el pizarrón.
  4. Camine por el salón. Circule por el aula y haga responder y participar a los alumnos.
  5. Desglose. Si los estudiantes no tienen claridad, responda separando el problema en sus elementos constitutivos.
  6. Proporción. Propicie que los alumnos hagan tanto trabajo cognitivo como sea posible y de manera proporcionada: escritura, pensamiento, análisis, discurso.
  7. Verifique que lo entienden. Busque constantemente oportunidades para evaluar si los alumnos están entendiendo y con esos resultados haga algo de inmediato para mejorarlo.
  8. La práctica hace al maestro. Haga que los alumnos practiquen lo más posible la materia, y vuelvan a practicar.